Modulo de Doctrina Avanzada
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Uno de los temas en los que más se ocuparon los apóstoles de la Iglesia primitiva fue precisamente en la doctrina de la resurrección de los muertos, pero no fue debido a que fuera una nueva doctrina como lo pensaron los hombres de Atenas (Hch. 17:18), sino que estaba siendo confirmada por medio del Señor Jesucristo con su misma resurrección. La base de nuestra fe está fundamentada precisamente en la resurrección del Señor, lo cual si no hubiese ocurrido, dijo el apóstol Pablo, seríamos los hombres más dignos de lástima (1 Co. 15:12-20) pero luego reafirma diciendo que Cristo sí resucitó y que así como entro la muerte por un hombre (el primer Adán), por medio de Cristo (el postrer Adán) vino la resurrección de los muertos (1 Co. 15:20-21).
Antes de abarcar los diferentes turnos de resurrección, debemos hacer la distinción entre dos eventos que a muchas personas al momento de estudiar, puede causarles problemas y confundirlas, no logrando ver las diferencias entre lo que es un Egeiro (levantar) y una Anastasis (resurrección), dejando de obtener la bendición que la doctrina apostólica nos ofrece, al entender el galardón y la esperanza de la resurrección (Hch. 23:6).
EGEIRO:
Al mencionar la resurrección de los muertos, algunos como decimos anteriormente, confunden los distintos eventos, que se describen en la Biblia con el hecho de “volver a la vida” a algunas personas, lo cual es parte de las instrucciones que Jesús dio a los apóstoles cuando los envió (Mt. 10:8) diciendo: “resucitad muertos” del griego Egeiro que significa levantar, poner de pié, despertar. Lo que ocurrió con cada uno de los casos siguientes, es que les instalaron nuevamente “el aliento de vida” y siguieron viviendo normalmente, pero en algún momento iban a morir, porque esta establecido que los hombres mueran una sola vez y luego el juicio (He. 9:27), es por esta causa que los judíos querían matar a Lázaro.
Veamos algunos ejemplos:
En el Antiguo Testamento vemos que esta esperanza de la resurrección, la tenían los antiguos (Job. 19:25-27, Dn. 12:12-13), David dijo que no descansaría hasta despertar a la semejanza del Señor. La resurrección no es una nueva doctrina establecida en el Nuevo Testamento, sino que únicamente vino a ser confirmada por medio del Señor Jesucristo y ampliada por los apóstoles inspirados por el Espíritu Santo (Is. 26:19, Dn. 12:2). Por eso Pablo en su defensa dijo que por la esperanza que Dios le dio a los padres era que estaba siendo juzgado por los judíos (Hch. 26:6-8), Jesús también enseñó acerca de la resurrección (Mt. 22:31-32) diciendo que Dios no era Dios de muertos sino de vivos.
ANASTASIS:
La Biblia nos enseña que todos van a resucitar, algunos para vida y otros para condenación (Jn. 5:29, Hch. 24:15). Este aspecto nos permite ampliar la justicia de Dios, pues hará de la resurrección un galardón para cada uno, ya que no es el mismo rango el que se le dará a aquellos que estando limpios se continuaron limpiando, como aquellos otros que estando sucios decidieron continuar ensuciándose cada día más (Ap. 22:11). Tampoco será igual el galardón para los cristianos que produjeron fruto, unos al treinta por uno, otros al sesenta por uno y otro grupo al ciento por uno (Mt. 13:8).
Resurrección se traduce de la palabra griega Anastasis que se traduce un levantamiento, resurrección, alzar de nuevo. Al suceder la Anastasis, se integraran nuevamente el espíritu, el alma y el cuerpo, los cuales al morir se habían separado así: el cuerpo en el sepulcro, el espíritu que volvió a Dios (Ec. 12:7) y el alma que fue enviada al Seol (Sal. 16:9-10). En (He. 6:2) se menciona la resurrección, pero cuando se comienza a revisar el cumplimiento que tendrá, se muestra la misma en varias facetas o etapas. Es decir es una resurrección, pero en distintos turnos y distintos grupos. Aunque es importante señalar que la Biblia nos muestra que algunos son “bienaventurados” de condenación o ignominia eterna” (Jn. 5:29, Dn. 12:2).
LOS TURNOS DE RESURRECCIÓN:
Nadie puede decir que no se puede realizar por partes la resurrección, porque el ejemplo lo tenemos precisamente, en el Señor Jesucristo, quien después de haber resucitado, fue levantado ante la vista de muchas personas (Hch. 1:8), Él que es la cabeza del cuerpo místico se encuentra arriba, y su cuerpo (la iglesia) aún no ha sido levantado, entonces, no hay obstáculos para que de igual manera se pueda llevar a la Iglesia en partes, como lo ha dispuesto en su presciencia. Esto se llevará a cabo en 7 turnos de resurrección de la siguiente manera:
Él dijo que nadie le quitaba la vida, que Él la ponía para volverla a tomar (Gr. Egeiro), pero también la Escritura dice que el Espíritu Santo lo resucitó de los muertos (Sal. 139:15, Ro 8:11 Gr. El Señor Jesucristo es primogénito de entre los muertos, y que en todo tiene la preeminencia gr. Proteuo: ser el primero, sostener el primer lugar (Ap. 1:15).
Cristo es la primicia de la resurrección (1 Co. 15:23) pero estas primicias también abarcan los tres primeros turnos de resurrección (Cristo, los santos de la antigüedad, y los muertos en Cristo junto con la novia). 1 Tesalonicenses 4:17 dice que los muertos en Cristo resucitaran primero, luego los vivientes que quedemos seremos transformados en las nubes juntamente con ellos. 1 Corintios 15:52-53 nos explica que en la transformación, lo corruptible se vestirá de incorrupción (muertos en Cristo) y lo mortal se vestirá de inmortalidad (vivientes transformados). Estos tres turnos constituyen las primicias de la resurrección.
De nosotros depende el turno en el cual resucitaremos, recordemos que Dios pone en nosotros el querer como el hacer, pero nosotros decidimos si obedecemos o no, por lo que según nuestras actitudes así será la posición que ocuparemos. Nosotros definimos aquí abajo la posición que tendremos por toda la eternidad, por lo tanto esforcémonos por alcanzar el rango de primicias y no solo por los galardones sino como una respuesta de amor hacia aquel que tanto nos amó y dio su vida por nosotros. Los turnos definirán cuán cerca estaremos de nuestro Señor Jesucristo por toda la Eternidad. |
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